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November 2019
February 2018
Parece que de un tiempo a esta parte no paran de sonar términos como Design thinking o User experience. Design thinking es una metodología de diseño (diseño entendido en su más amplio concepto) cuyo objetivo es la creación de productos que resuelvan las necesidades de sus usuarios finales, consiguiendo la mayor satisfacción y mejor experiencia de uso posible, realizando el mínimo esfuerzo.
Por otra parte, User experience (UX) o Experiencia de usuario es lo que el cliente percibe al usar o probar un producto. Y están íntimamente relacionados. Porque con una filosofía de trabajo de Design thinking conseguiremos con seguridad una app, una web o un producto que tenga una experiencia de usuario satisfactoria.
¿Por qué? Porque, para empezar, es completamente diferente a una metodología de trabajo waterfall (en cascada). En ésta, se ordenan las etapas del proceso de tal manera que el comienzo de una nueva fase implica necesariamente la finalización de la anterior. Gracias al enfoque de Design thinking podremos ITERAR en cualquier punto, es decir, retroceder a cualquier etapa del proceso de desarrollo, rectificar y volver a avanzar. Y dicen las malas lenguas que es necesario “fail and fail faster”, es decir, fallar y fallar rápidamente, porque si no nos equivocamos en nada en el desarrollo del producto, algo mal estaremos haciendo.
Veamos entonces cuáles son esos pasos del método de Design thinking sobre los que podemos ITERAR en cualquier momento.
1ª fase: definición del proyecto.
En esta etapa empezaremos a conocer el proyecto y a nuestro cliente, hay que definir quiénes van a ser los stakeholders, es decir, qué personas han de intervenir, ya sean por parte del cliente, de nuestra empresa o expertos en la materia. Conocer los puntos fuertes y débiles de nuestro cliente y por supuesto, analizar a la competencia.
2ª fase: investigación de usuario.
Antes de crear nada vamos a investigar al usuario teniendo en cuenta cuáles son sus frustraciones, qué le produce satisfacciones y cuáles son sus sentimientos. Y en función de lo que averigüemos crearemos un producto acorde a sus necesidades y expectativas. Y no se trata sólo de un estudio de mercado en el que investiguemos las características demográficas, sino una investigación que nos permita conocer al usuario en su contexto. Analíticas, entrevistas, encuestas o estudios etnográficos serán las herramientas que nos van a permitir saber todo lo necesario.
3ª fase: ideación
Una vez que conocemos a fondo el proyecto y hemos recabado todos los datos acerca del usuario tendremos que priorizar e idear todas esas funcionalidades que cubran las necesidades detectadas en la fase de investigación. A través de algunas herramientas como los user journey o los user personas tendremos en cuenta no sólo como va a interactuar el usuario con nuestro producto sino también los aspectos emocionales.
4ª fase: prototipado
En este punto del proceso ya tendremos clara cuál va a ser la propuesta de valor y podremos empezar a trabajar aquellos aspectos como la arquitectura de la información, el diseño de la interacción, el diseño visual o la estrategia de contenidos. Hacer prototipos de baja o alta fidelidad nos van a permitir realizar test de usabilidad que ahorrarán tiempo en diseño y programación, al poder detectar de forma rápida errores en las primeras fases del diseño. Otros test como los de navegación o interacción nos darán la opción de corregir errores, aprender o verificar si estamos en el camino correcto.
5ª fase: testeo
En esta última fase previa al lanzamiento de nuestro producto la tarea se centra en hacer un test con usuarios reales de nuestro producto y comprobar si dicho producto cumple las expectativas del usuario. Mientras que anteriormente habremos testeado con wireframes, este es el momento de hacerlo con un prototipo lo más real posible para ver todos los aspectos que nos llevarán a una experiencia de usuario positiva.
Durante todas estas fases, al trabajar con y para el usuario tendremos un feedback constante que posibilitará ver las deficiencias, errores, carencias, necesidades… Y para subsanar esto podremos volver atrás en cualquier momento, rehacer y volver a probar. Iterar, iterar e iterar. Todo ello sin invertir los grandes recursos en diseño o programación que suponen el desarrollo de un proyecto.
En Bluecell se aplica Design Thinking como metodología de trabajo a todos los procesos de diseño.