Tácticas para mejorar el CRO de tu empresa
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Muchos usuarios nos hemos preguntado alguna vez si Instagram escucha las conversaciones que tenemos en nuestro día a día. La sospecha sobre este controvertido aspecto lleva sobrevolando a las grandes empresas durante los últimos años. Y es que la polémica con respecto a estas supuestas escuchas ha salpicado a Google, Facebook, Amazon o Twitter, entre otros. Incluso, Facebook y Microsoft han llegado a admitir la realización de escuchas a sus usuarios.
En este sentido, resulta evidente que las redes sociales han transformado el mundo tal y como lo conocíamos. La creación de estas plataformas ha permitido romper las barreras espacio-tiempo gracias a la infinidad de prestaciones que ofrecen. Además, han simplificado y facilitado numerosos procesos que ahora, simplemente, podemos hacer mediante nuestro smartphone en solo unos segundos. Pero, a pesar de su carácter gratuito, esta enorme comodidad que nos ofrecen las redes sociales tiene un precio que no todo el mundo es consciente de que hay que pagar: en muchos casos, renunciar a la privacidad.
En este contexto, todos los aspectos que rodean a dicha privacidad de los usuarios han suscitado numerosos debates. El nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), de obligado cumplimiento desde el pasado año, ha supuesto que las empresas estén obligadas a informar a los usuarios sobre la finalidad del tratamiento de sus datos. Por ejemplo, mediante el mensaje obligatorio que todas las páginas web deben tener instando a sus visitantes a que acepten las cookies para continuar navegando. La utilización de datos de usuarios permite a las entidades realizar publicidad mucho más personalizada y efectiva que antes. Conociendo el historial de navegación y las búsquedas que efectúa un determinado usuario, las plataformas de anuncios de redes sociales permiten elaborar un perfil, clasificar y segmentar a los usuarios para impactarles con publicidad acorde a sus necesidades y gustos.
Dado este contexto, desde Bluecell hemos realizado un experimento durante las últimas semanas para tratar de descifrar si esto es real. Para ello, elegimos Instagram como nuestro ‘banco de pruebas’ y pactamos tener una serie de conversaciones sobre temas muy concretos que no habíamos tratado anteriormente ni tampoco buscado en Google: alopecia, implantes de pelo, comida a domicilio y préstamos, entre otros. Además, con el objetivo de que el experimento fuera lo más cercano posible a la realidad, utilizamos un smartphone que nunca se había conectado a la red wifi de la oficina ni se había empleado para realizar búsquedas sobre los temas ya mencionados.
Tras realizar el seguimiento de la publicidad que nos mostraba el algoritmo de Instagram durante los días en los que llevamos a cabo el experimento, el goteo de publicidad sobre los temas hablados era constante. Anuncios sobre alopecia, préstamos, comida a domicilio…, todos tenían cabida en nuestro feed, tal y como se puede apreciar en el vídeo. Por ello, la pregunta que formulamos en el título parece cobrar bastante sentido: ¿Instagram nos escucha?
Sin embargo, desde Facebook han negado categóricamente que utilicen datos extraídos de escuchar conversaciones de sus usuarios para mostrar anuncios relacionados. Aun así, lo cierto es que la publicidad que recibimos en nuestros dispositivos móviles resulta cada día más personal y acorde a los intereses de cada usuario. ¿Será una simple coincidencia?